ARROCES LLUCH. BARRIO DE CAMPANAR.
El antecedente
de este molino arrocero bien podría ser el que se encontraba en 1901 en el
Camino Nuevo del Grao, 92 bajo la denominación Lluch y Salvador. Tal vez
establecido por su cuenta, José Lluch empieza a publicitarse en 1919 ganado año
a año un peso importante en el negocio del arroz.
En 1924
José convierte su empresa en Sociedad
Anónima (con un capital social de 3 millones de pesetas) y envía un escrito al
presidente de la Cámara Oficial Agrícola de Valencia, expresando su deseo que
el arroz español se exporte a otros países como hacían los EEUU y que se
debatió tan importante asunto en el V Congreso Internacional de Arroces
celebrado en Valencia. Por aquel entonces nuestro país ya comercializaba con Venezuela,
Suecia, Estados Unidos, Dinamarca, Austria, Bolivia, Yugoslavia, Noruega,
Egipto, Chile, Santo Domingo y Méjico, y se mandó simientes de arroz patrio
para la Asociación de Molinos de Arroz de Lusiana con el objetivo adaptarse al
tipo de arroz estadounidense Fancy Blue
Rose . Los centros principales arroceros en España por esa época eran la
provincia de Valencia y el Delta de
l´Ebre.
Por su parte Lluch tenía por esos años, sucursal de su negocio en Cullera y en
Amposta
Gracias
a un luctuoso incendio ocurrido en mayo de 1926 y producido por el cortocircuito
del letrero luminoso de la fachada, tenemos datos de como era la fábrica de
Campanar, aunque las llamas arrasó con la fábrica o molino arrocero. El edificio
constaba de tres pisos: el superior era destinado a departamento de arroces y
salvados; el segundo, a la obtención de harinas y productos derivados, y el
tercero, a envase de arroces. La fábrica tenía una extensión enorme ya que
disponía de casas anejas para obreros. Los obreros trabajaban día y noche y se
traía arroz procedente de Amposta por vagones de tren. Cuando ocurrió el
incendio la empresa producía 1,000 sacos de arroz diario.
La fábrica no trabajó ese día en el turno de noche, porque
se había exportado todo el arroz destino a América del Sur y el arroz
procedente de Amposta no llegó ese día. A pesar de todo, las pérdidas se
evaluaron en 450,000 pesetas.
No obstante la empresa siguió funcionado en Campanar y se publicitaba como “Los mejores
arroces valencianos que se vendían en cajitas esterilizadas”. A falta de un
estudio más pormenorizado, no tenemos noticias de su funcionamiento con
posterioridad a la Guerra Civil.
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