LAS TIENDAS DE LA CALLE DE LAS FUENTES, HOY DESAPARECIDA

Fue una calle histórica, y escribimos "fue" porque ha desaparecido, víctima de la apertura de la avenida María Cristina. Queda tan poco de su memoria, que el reciente hallazgo de su adoquinado con motivo de las obras en la avenida, ha sido noticia y motivo de curiosidad. En las siguientes líneas haremos un breve repaso a las tiendas que daban vida a la fría piedra del adoquín descubierto, en las últimas décadas de existencia de aquella calle olvidada

Aquella vía era fruto de la expansión de la ciudad, un corto tramo que conectaba la plaza dels Porxets con Sant Vicente a la altura de la plaza de Cajeros. Orellana asegura que debía su nombre a las fuentes que la jalonaban y con más parquedad de datos, Carboneres establece la mención más antigua con dicho nombre en el Llibre de Aveïnaments del año 1513.

Publicidad de Robillard en la que muestra su fachada en la esquina de la calle Fuentes.

No fue una calle muy prolija en establecimientos, en esencia  a causa de su corto trazado, más un vial de paso que un lugar para ir de compras, aunque un ilustre hacía esquina en ella, la perfumería Robillard, que ha dejado impronta permanente en la ciudad a causa del cultivo de malva rosa, que naturalizó al clima valenciano con propósitos comerciales.

A principios del siglo XX localizamos en la calle un buen número de establecimientos, en relación al tamaño de la vía. La numeración comenzaba por el extremo que conectaba con Porxets y seguía en sentido ascendente hasta el final adyacente a la plaza de Cajeros. Teresa Mauri regentaba un taller de blondas y encajes en el número 1; en el 2 se hallaba la sastrería de Alejandro García y en el 4 la funeraria de Pascual Alcaraz, contigua a la peluquería de Juan Oliva. Los números 5, 7 y 9 estaban reservados al almacén y venta de tejidos al por mayor de la sociedad formada por Hijos de Perís y Lagasca; Faus tenía una fábrica de betunes en el 6, Robillard, que hacía esquina con Cajeros ocupaba el 8 y en el 11 atendía el dentista Juan Nájera.

La estructura comercial de la calle prácticamente se sostuvo con el tiempo, aunque cambiaron propietarios y algún establecimiento señero del lugar pasó a ser recuerdo, tal es el caso de Peris y Lagasca, que apenas sobrevivió a los primeros años del siglo. Según avanzan los primeros años del siglo XX también cierra la funeraria y la peluquería. El número 4 que estas dejaron vacante pasaría a ser ocupado por la tienda de ropa y el local del almacén de tejidos, se transformó en sede de la paquetería Mompó. 

Plaza de Cajeros, con las bocacalles de Fuentes y Calabazas ya afectadas por los derribos.


Así hacia 1915 predominaban las tiendas de textiles y relacionadas: venta de encajes, sastrería, tienda de ropa y paquetería. esta última era la paquetería Mompó, concesionaria para la venta de papel de fumar marca Che. El vaciador de Aurelio de la Torre en el número 3 y el salón de limpiabotas de Antonio Falomir, antigua fábrica de betún que expandía sus miras, eran las únicas excepciones.Por supuesto, cerrando la calle se encontraba la perfumería Robillard, aunque esta también recaía a Cajeros y tenía a dicha plaza su acceso principal.

En los años 20, la numeración de la calle cambió de orientación pasando el 1 del extremo en Porxets al situado en la bocacalle opuesta. Desconocemos los motivos de aquella transformación, aunque sospechamos que el cambio de referencia pudo ser un anticipo del derribo y de la designación de números de la avenida que la suplantaría.  Así contiguo a la perfumería, que ocupaba su número 1, encontramos la "Casa de las Piedras", tienda de mecheros de Tormo, y junto a ella, una tienda de ropa. Por la banda de números pares y comenzando por el 4 encontramos la paquetería y junto a ella, la cuchillería/vaciador.

Localización de la calle de las Fuentes hacia 1900 en el plano de Peiró

Tras el traumático derribo de la vía, que supuso su completa desaparición, los establecimientos potentes se reubicaron, a cubierto de su potencial económico, mientras los modestos encontraban mayores dificultades  muestra a las claras del pobre respaldo social a las víctimas del urbanismo especulativo. Robillard se trasladó a la calle de Puerto Rico; Crespo Mompó se estableció en la plaza del Mercado. Pero no encontramos en 1930 rastro de Tormo y su Casa de las Piedras, tampoco de la tienda de ropa ni de la cuchillería.

Gumersindo Fernández Serrano


De los textos: Gumersindo Fernández Serrano y Enrique Ibáñez López.



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