CIUDAD INVITADA: ALMERÍA. BAZAR "EL VALENCIANO" CALLE DE LAS TIENDAS, 34

Cuentan sus propietarios sobre ella que es la tienda más antigua de Almería, y no es para menos, pues de ella dicen, es el último comercio histórico de la ciudad. Fundada, reza su web, hacia 1870, vamos a dedicar en las siguientes líneas a este centenario establecimiento almeriense que, de forma un tanto indirecta pero no por ello menos llamativa, toca en algo, aunque solo sea de nombre, a la temática de esta publicación.

Tal y como informa el propio establecimiento, fue fundada por Vicente Ivorra Román*, un buhonero alicantino procedente de Agost, que comerciaba con cerámica; establecido al fin de forma estable en Almería, tomó su establecimiento el mote alusivo a la patria chica del fundador, que ha quedado para la posteridad llegando hasta nuestros días. Pasaría después de generación en generación, siempre en la misma familia hasta la actualidad, resultando ser su segundo propietario Vicente Ivorra Brotons, quien la legaría a Vicente Ivorra Carrión.


Papel para envolver. Procedente de la web del establecimiento: www.elvalenciano.com

No fue el único “valenciano” de Almería, pues en esas últimas décadas del siglo XIX compartió mote con otro comerciante local, José Pastor, que se ganaba los cuartos vendiendo pan de aceite en la calle Mariana o un José Bautista, horchatero de la calle Real. Así, descubrimos en ello una inédita o bien poco estudiada relación comercial entre Valencia y aquellas comarcas de Andalucía en las que parece, encontraron acomodo o forma de ganarse la vida tratantes y buhoneros procedentes de las zonas más meridionales de la región valenciana. A poco que perseveramos en el seguimiento de esta relación comercial encontramos también algún turronero de Jijona, de ilustre apellido en el sector, si bien era habitual que en determinadas fechas experimentase aquella población una verdadera diáspora de productores que encaminados de feria en feria regresaban después, cuando el género se agotaba, a sus obradores.

En cuanto al alicantino-almeriense que nos ocupa, solo cabe por nuestra parte confirmar la verosimilitud de los datos sobre la fundación que el comercio relata sobre sí mismo. Anuarios comerciales de época sitúan a José Ivorra como propietario de un establecimiento de loza y cristal en el número 2 de la calle Tiendas a finales de la década de1870. Entre 1880 y 1881 muda su dirección por la de calle Tiendas 1 aunque persiste en otras fuentes la referencia al número anterior. No hemos podido constatar, en esta humilde aproximación, si el cambio de número se debió a una mudanza, a una renumeración de la vía o simplemente se trata de un error. La presencia en el número 1, cuanto menos desde 1881, “junto al establecimiento de D. Francisco Felices” “frente a la plaza de Bermúdez”, zona de “Puerta de Purchena”, está notoriamente documentada en la prensa local, y refrendada por el hecho de que la mencionada tienda de referencia, un establecimiento dedicado a la venta de vinos de importación, se situaba en el número 3 de la calle y por tanto, contigua, tal y como sabemos, al establecimiento de loza de Ivorra. Hemos de descartar no obstante, que el establecimiento haya tenido siempre la misma ubicación, pues sabemos que en un momento de su historia trocó por otra de mejor acomodo o mayor conveniencia, para establecerse en el lugar que ocupa hoy el centenario negocio, en el 34, eso sí, de la misma calle.

Surge en este punto un dato interesante que acaso explica la contumacia con que las fuentes hacen mención precisa a dos números diferentes para un mismo propietario. A partir de 1883 encontramos anuncios que mencionan dos establecimientos diferentes. Amparados ambos bajo el paraguas de “El Valenciano”, uno de ellos, es el ya conocido, en el número 1 de la calle y contiguo a la tienda de vinos de Felices. Aparece sin embargo un segundo local, que con el nombre de “Tienda del Globo” se dedica a idéntica actividad y que se encuentra “frente a la plaza de Bermúdez” y “puerta de Purchena”. Si hasta entonces las referencias geográficas parecen usarse de forma indistinta respecto a uno u otro, tal vez por evitar la confusión o por dotar al nuevo local de identidad propia, en adelante vemos que las menciones a la tienda de vinos se reservan para situar al primero, mientras que las referencias a la plaza de Bermúdez y a Puerta de Purchena, se relacionan con el segundo.


Las tiendas de "El Valenciano" en dos anuncios simultáneos  publicados en Crónica Meridional, edición del 20 de septiembre de 1884.

Por indicios parece probable que en algún momento Ivorra, bien asentado en el panorama comercial indálico, ampliase sus negocios y comprase la mencionada Tienda del Globo. En adelante, ambas serían propiedad de “El Valenciano” aunque la nueva adquisición gozaba de identidad comercial propia, lo que explicaría tanto la confusión de las fuentes como el hecho de que en los primeros tiempos las referencias a la ubicación de cada una se empleasen de forma indistinta, estando ambas como estaban, bien próximas entre sí. La necesidad de diferenciar entre uno o otro local, tan próximos como estaban, llevaría tiempo después a emplear referencias diferentes para mencionar a cada una de las tiendas, anotando que una estaba contigua a la tienda de vino y la otra era “la tienda del Globo” por alusión a su enseña.

A partir de 1884 la dirección publicitada en prensa pasa a ser Tiendas 3, sin dejar por ello de mencionarse una “Tienda del Globo” en la misma calle y con las consabidas referencias geográficas pero sin mención al número; los anuarios de época insisten sin embargo en relacionar al propietario con un único local, sito en el número 2 de la referida calle. Descartada la idea de que se trate no ya de dos, sino de tres lugares diferentes no cabe sino pensar que acaso el corresponsal almeriense del anuario no fuese demasiado diligente en actualizar los datos o que la empresa editora no mostrase gran interés en actualizarlos. Hacia 1885 desaparecen las referencias a esta “Tienda del Globo” y toda la actividad de Ivorra parece focalizarse de forma definitiva en el número 3 de la calle Tiendas, como único establecimiento.

La mudanza definitiva del negocio hasta su emplazamiento actual, aún habría de esperar algún tiempo, a una época en la cual Vicente Ivorra, se encontraba ya mucho más asentado e involucrado en los negocios mineros que más adelante referiremos. El traslado se realizó en algún momento entre finales de 1900 y el año 1901, coincidiendo con el nuevo siglo. Acaso porque Vicente Ivorra había de viajar para atender a sus diversas explotaciones, y ser el hijo mayor aún demasiado joven para tales menesteres, en esta época parecen quedar como encargados del negocio familiar los “hermanos Brotons”, que tal vez, y en base al apellido, no fuesen sino la esposa y algún cuñado del comerciante.


Publicidad de la tienda en 1935. Procede de la web del establecimiento: www.elvalenciano.com 

Parece que, con todo, Vicente Ivorra fue un negociante modesto, al menos en sus primeros años, según manifiestan las crónicas, aunque no por ello dejó de acudir a las diversas colectas que en la época se organizaban entre comerciantes para acudir en auxilio de alguna causa humanitaria. Por lo general ocupan sus contribuciones los tramos de aportación más modestos de entre los participantes, indicio como indicamos de la modestia de sus actividades pues tales contribuciones, a pesar de voluntarias, se atenían por lo general a usos sociales que imponían como cuestión de prestigio personal que los contribuyentes más acaudalados hiciesen las donaciones más jugosas, no quedando bien retratado aquel que aportase menos de lo que se podía presumir de su condición económica y social. A modo de ejemplo y cerrando este apartado, en enero de 1885 vemos su nombre inscrito en la relación de contribuyentes que organizó la sociedad de socorros mutuos La Bienhechora en auxilio de las víctimas de los terremotos de Granada y Málaga, con una aportación de peseta y media.

En la misma línea, participó Ivorra junto al cuerpo de comerciantes de Almería, como contribuyente en actividades públicas o infraestructuras. En 1889 se hace eco la prensa de los negocios de Ivorra, al que menciona como “un comerciante muy modesto” que no obstante y con bastante elocuencia adquiere cinco obligaciones como contribución al desarrollo del ferrocarril en Almería. Un proyecto al que en sus propias palabras, tal y como quedaron registradas:


 “todo almeriense debe contribuir, y yo por mi parte, aunque no soy de Almería, hace años que en ella vivo, y en ella he ganado lo poco que tengo, conceptuándome ya como hijo de Almería…”  


El tráfico naval tuvo un papel importante en el abasto de su negocio, y la vía comercial entre los puertos de Almería, Alicante y Valencia tuvo un papel notable en ello, quedando su nombre vinculado a la arribada de cargamentos de cerámica valenciana de procedencias y manufacturas diversas así como de otros productos como cristal, esparto o cuero. El antiguo buhonero terrestre optaba como más seguro y económico, por el barco como medio para mantener bien surtidos sus escaparates y almacenes.

 En 1895 lo vemos probar fortuna en minería con el registro de la mina Matilde, para la explotación de mineral de hierro en el paraje que de forma harto significativa lleva el nombre de “barranco del Valenciano” del municipio de Fiñana, que representaban un total de 12 pertenencias (en minería, derecho a la explotación del terreno en la vertical de un cuadro de 100x100 metros). Tres años después registrará en Gádor otro tanto, con la misma finalidad, con el nombre de San José. En marzo de 1905 negocia el arrendamiento de otras dos explotaciones a su nombre, “El Pasmo” y “Mi Paquita”, ambas en término de Ocaña, en favor del Marqués de Camarines, gestión de resultado incierto pues unos meses después vemos al comerciante almeriense enfrentado al Ayuntamiento de Ocaña a propósito de la cuota de consumos que el municipio había impuesto sobre dichas minas, pleito que se resolvería finalmente a gusto de Ivorra cuando el propio gobernador provincial intervino para decretar que ambas minas debían quedar excluidas del impuesto. De algún modo parece que la minería representa una vía directa hacia la fortuna y la parte del león en los negocios de Ivorra pues los registros no cesan y a finales de 1910 solicita doce pertenencias sobre la mina Vicentico y otras tantas sobre la María Pepa, ambas de hierro y en término de Fiñana.

 La implacable ley de la existencia se cruzaría en el camino de este comerciante a la edad de 72 años, queriendo la fortuna que aquel alicantino que había hecho vida y carrera en Almería, exhalase el último aliento en su Agost natal en noviembre de 1915. A modo de epitafio escribía sobre él el diario La Independencia: 


“estuvo establecido más de cuarenta años, captándose con su honradez acrisolada y carácter bondadoso, el aprecio de cuantos tuvieron ocasión de tratarle”.


Concluimos aquí nuestro acercamiento y apuntes propios a la historia de este emblemático comercio almeriense y de su fundador, no sin dejar de recomendar al lector que se pase por él, tanto mejor si viaja desde Alicante y rinde así tributo a la experiencia vital de quien lo fundó. Antigua tienda de loza y hoy bazar, siempre encontrará en sus anaqueles algún recuerdo de su paso por aquella capital andaluza, y en su web, también algunas notas y curiosidades sobre su historia.

* Existe una discrepancia en el apellido del fundador y de sus sucesores, que en fuentes públicas se transcribe con "b" tal y como es habitual. La web del comercio sin embargo, lo reproduce con "v", en la forma que hemos mantenido en este texto. Obviamente preferimos otorgar total fiabilidad en este punto a los sucesores y descendientes, no se trata por tanto de una errata.


(Copyright) de los textos: Gumersindo Fernández Serrano; Enrique Ibáñez López 


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