Breve apunte a las primeras fallas publicitarias
Breve apunte de las primeras fallas publicitarias.
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| Falla publicitaria del papel de fumar Mefisto, año 1915 |
El interés de los comerciantes por el mundo de las fallas comienza a finales del siglo XIX. En las calles más comerciales de Valencia, varios comerciantes costean económicamente a la plantà de una falla pagada en su integridad por los propios comercios. Tal es el caso de la falla de las calles Paz, Reina y San Vicente donde vemos tiendas carismáticas como La Confitería Burriel, el Trust Mecanográfico, Café El Siglo, el Bazar Giner o la Casa Singer en Valencia, como queda reflejado en la falla infantil de este año de dicha falla.. Otra falla plantada por los comerciantes fue la plaza Cajeros.
Las fallas no eran en esa época una fiesta masiva, ni demasiado conocidas fuera de la ciudad, pero tenía algunos atractivos para que los comercios se fijaran en esta fiesta. Eran unas fiestas populares, y algunas de ellas zona de gran tránsito durante unos días. Estos dos elementos hacían que el poder publicitario fuera grande e hiciera participar a la burguesía emergente de la ciudad.
Las fallas no era la fiesta más importante de la ciudad en el siglo XIX. La burguesía tenía sus preferencias en la Feria de Julio,un acontecimiento más "elitista"y más acorde con esta clase social cada vez más emergente. En el año 1900 se planta una figura monumental llamada el Tío Nelo en la calle San Vicente, a los pies de los grandes almacenes de La Isla de Cuba. Esta figura efímera representando a un Valenciano vestido a la manera tradicional, es vestido por los mejores comercios textiles de esta calle textil por antonomasia. Es el caso de una publicidad indirecta que los comerciantes donan a la ciudad con el objetivo de llegar a los medios de comunicación de la época: La prensa local.
El impacto publicitario durante días en todos los periódicos de la ciudad bien merecía un desembolso de la confección de una parte de la vestimenta del monumental valenciano. Participaron los comerciantes filiberto Gamborino, con camisería en la calle San Vicente 35, , el alpargatero José Roig, o los sastre Arturo Soriano y Juan Ysiar. Vestir al coloso tuvo un coste de 3,000 pesetas.
La misma experiencia se repitió en 1904 , con la creación de una escultura de valenciano y valencina vestidos a la antigua usanza para la festividad de la Feria de Julio. Esta vez en la Plaza de la Reina. Esta peculiar pareja llamados Nelet y Quiqueta fueron también vestidos por los comerciantes de la zona. La fábrica de papel valenciana de José Layana y Agulló hermanos con comercio en la calle Tapineria 6, editó unas tarjetas publicitarias de la imagen de la colosal escultura efímera, rentabilizando así una de las primeras campañas publicitarias con el uso de la fotografía editadas en tarjetas postales.
Pese a que las fallas tenían un marcado carácter popular fueron utilizadas por las grandes compañías ocmerciales como lema principal de muchas de ellas. Las firmas comerciales que más usaron las fallas como publicidad fueron la industria del tabaco, de gran importancia económica en la época, su industria auxiliar como es el caso del papel de fumar, las marcas de coches,los productos farmaceúticos o los productos alimencios como la marca de leche El Niño o cervezas como Moritz o Damm, popular en los años 20.
Otros elementos publicitarios indirectos en el ámbito de las fallas fueron la colocación de carteles publicitarios en las esquinas de las calles donde se plantaba el monumento, aprovechando el paso de mucha gente, y la publicidad en los llibrets de falla, que adquirían los vecinos para el sostenimiento económico de la fiesta. A veces todo el ripio del llibret y todas las escenas de la falla versaba sobre un comercio específico usando frases estereotipadas como "sin rival" "precios populares" o " no tiene competencia".
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| Avenida Amalio Gimeno año 1928 |
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| Falla Lope de Vega año 1903 |
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| Falla de la Encarnación, año 1915 |
Fotografías: Remember Valencia.
Para saber más de comercios históricos:
